En La ira del fuego Henning Mankell continúa la historia de Sofia, niña en El secreto del fuego y adolescente en Jugar con fuego. Esta vez Sofia está casada con Armando y ya tiene tres hijos pequeños, Leonardo, Maria y Rosa. Armando trabaja en un taller mecánico en la ciudad y vuelve al pueblo los fines de semana. Todo cambia dramáticamente cuando Sofia descubre y confirma que Armando la está engañando con otra mujer.
En conjunto, la trilogía compone un intento elogiable de mostrar la dureza de algunas vidas en África: la mejor es la primera novela, la más floja es la segunda, y esta tercera novela está bien porque tiene gran fuerza documental: las cosas se cuentan bien y de modo convincente, en tercera persona pero desde dentro de Sofia, que acaba siendo un personaje bien perfilado sobre todo a partir de sus actuaciones.
No de modo muy acentuado, como en la segunda novela, en esta también el autor deja los acentos narrativos y entra en el interior de la protagonista para formular pensamientos que, al menos a un lector como yo, le suenan totalmente primermundistas, y no tanto en su contenido como en su formulación.