Esta novela se ha convertido en “el mayor best-seller japonés de todos los tiempos”, con más de tres millones de ejemplares vendidos, traducida a no sé cuántos idiomas y con una versión cinematográfica ya en marcha. La historia repite los tópicos sobre los amores románticos trágicos, en esta ocasión protagonizados por dos adolescentes, Sakutaro y Aki, compañeros de instituto. La novela comienza cuando Sakutaro, acompañado de los padres de Aki, viaja desde Japón hasta Australia para depositar las cenizas de su joven amada, muerta de una galopante leucemia. La novela recrea esta historia de amor, que transcurre por los habituales lugares comunes de este tipo de argumentos juveniles. Sakutaro y Aki se han enamorado perdidamente y viven una idílica y limpia relación, a pesar de que Sakutaro, presionado por los amigos, desea que la relación sea también sexual.
El desarrollo del argumento se conoce desde la primera línea, por lo que el interés de la novela reside en las cucharadas de filosofía barata sobre el amor que lanzan Sakutaro, Aki y el abuelo de Sakutaro, quien también ha padecido una irrefrenable pasión amorosa. Quizás el éxito de la novela resida en el exotismo del ambiente y en los nombres de los protagonistas (ciertamente, todo sería distinto si los protagonistas viviesen en Palencia y se llamasen Juan Antonio y Luisa).