Sería interesante contar algún día con el elenco de los personajes más biografiados de toda la historia de la humanidad: desde Ulises hasta Juan Pablo II, por poner un ejemplo. Nos daría una idea muy precisa de qué piensa el hombre de sí mismo o cuáles han sido los modelos en los que han ido a mirarse las diversas generaciones en el devenir histórico.
Sin duda Julio César ocuparía uno de los primeros puestos. Este miembro de la aristocracia romana tuvo una vida tan rica y polifacética, se convirtió en encrucijada de mundos tan diferentes, que ha atraído la mirada de muchos a lo largo de la historia: políticos, militares, historiadores, artistas, dramaturgos, etc., buscando todos aprender de las decisiones que tuvo que tomar para dirigir a su pueblo en los avatares de una de sus mayores crisis.
Adrian Goldsworthy se doctoró en Historia en la Universidad de Oxford y ha impartido clases en diversos centros docentes. Su formación es básicamente de Historia Militar, de tal manera que se enfrenta a la figura de César con su conocimiento del sistema militar y de la aristocracia romana. Goldsworthy se mueve con bastante soltura, no sólo por la biografía de César, sino también por la de todos aquellos que le rodearon. Aunque afirma que no desea escribir un relato académico, en el que se encadenen discusión tras discusión sobre detalles nimios, está claramente influido por un académico de la talla de Ronald Syme que en 1939 escribió su magistral obra La Revolución romana, en la que dedica varios capítulos a la figura de César. Se percibe esa influencia tanto por su enorme atención al papel y a las motivaciones que tienen en cada momento los individuos singulares, como también por la presencia de determinados juicios en torno a las intenciones y comportamiento de Julio César.
El lector podrá encontrar un libro magníficamente presentado, bien escrito, en el que el relato histórico fluye con cierta armonía, lo que facilita la lectura. El autor evita entrar en las discusiones de historiadores, muchas veces insolubles. Además se centra únicamente en la figura de César sin desviarse excesivamente hacia otros personajes como Pompeyo, Cicerón o Craso. De una manera sencilla se dibuja también el funcionamiento del Senado romano y los problemas de su auctoritas; la clase dirigente romana, movida casi siempre por la ambición y el ansia de gloria; el funcionamiento del sistema militar romano y las tácticas de combate que llevaron a los romanos a convertirse en dueños del mundo; la situación de tantas gentes, incapaces de parar la crisis a la que se veía abocada la vieja República romana. En definitiva, el complejo mundo en el que César vivió y para el que preparó una serie de soluciones que le abocaron a un asesinato preventivo.