Diane Wei nació en Pekín en 1966, el mismo año en que comenzó la Revolución Cultural. Tras los sucesos protagonizados por los estudiantes en la Plaza de Tien’anmen en 1989, Wei tuvo que abandonar el país y continuar sus estudios en Estados Unidos. En la actualidad reside en Londres. También es autora de un libro de memorias, El lago sin nombre.
El ojo de jade es el primer libro de una serie protagonizada por la detective Wang Mei. La autora utiliza el género de la novela policíaca para hacer un fiel retrato de la vida en la China actual. Mei es una joven moderna, independiente que ha creado su propia agencia de detectives en Pekín. A través de un amigo muy cercano a su familia, el Tío Chen, recibe el encargo de investigar el paradero de un valioso ojo de jade de la dinastía Han que fue sustraído del museo en la época de la Revolución Cultural. La novela se centra en estas investigaciones y en la vida de la propia Mei, que adquiere más importancia que su trabajo como detective.
El padre de Mei era escritor y fue condenado a un campo de concentración durante los años de la Revolución Cultural, donde falleció. Su madre, ahora enferma muy grave en un hospital, ha sacado adelante a sus dos hijas. Pero Mei intuye que en su pasado y en el de su familia hay muchos agujeros negros. Su hermana es una popular presentadora de televisión que se ha casado con un rico empresario; los dos representan el rostro emergente de la nueva China. Siguiendo las peripecias de Mei vemos los convulsos cambios que se están dando en la sociedad china, a la vez que se constata el poder absoluto que sigue ejerciendo el Partido Comunista.
La novela es sobre todo una radiografía a pie de calle de lo que está pasando en China. Este valor sociológico sobresale más que la intriga, que acaba por perder fuerza y casi desvanecerse en el desarrollo de la novela.