El padre de Blancanieves es la sexta novela que publica Belén Gopegui (Madrid, 1963). En todas llama la atención su intento de analizar la sociedad contemporánea con una mirada crítica, aunque desde que publicara en 1993 La conquista del aire, quizás su novela más conseguida, han aumentado en su literatura las preocupaciones políticas hasta dominar por entero la narración. Es lo que sucede en El lado frío de la almohada, una apología del comunismo cubano, y en la última, El padre de Blancanieves, un varapalo a la clase media española por su abulia y su falta de compromiso revolucionario.
Los protagonistas de esta novela son un grupo de jóvenes que no han llegado a la treintena y que asumen que hay que transformar políticamente la sociedad. Todos forman parte de un grupo dedicado a la investigación en otro tipo de energías renovables que puedan implantarse en los países del Tercer Mundo sin tener que claudicar ante el poderío de las grandes multinacionales. A la vez, la novela cuenta la crisis social de un matrimonio burgués -su hija Susana pertenece a este grupo-, aburridos de una vida muelle pero sin expectativas.
Es de agradecer la intención de Gopegui de novelar cuestiones muy contemporáneas, con personajes tomados de la vida misma. Aunque no se compartan sus puntos de vista, también resulta interesante su análisis crítico de las clases sociales y su capacidad de abulia o de acción. Sin embargo, el peso ideológico de la novela es tan fuerte que acaba ahogando los ingredientes literarios. Gopegui intenta camuflar con literatura sus declarados posicionamientos ideológicos, asentados en un comunismo libertario que se convierte, gracias a un maniqueísmo esquemático, en la alternativa de la novela. Gopegui manipula a unos personajes idealistas y a un argumento que cae en lo melodramático para subrayar una moraleja política que huele a épocas ya felizmente pasadas.