Espido Freire (Bilbao, 1974) es una escritora sobradamente conocida desde que, en el año 1999, obtuviera el Premio Planeta por su libro Melocotones helados (Aceprensa 172/99). Luego ha publicado, entre otras, Nos espera la noche (Aceprensa 18/04) y Juegos míos (Aceprensa 55/05).
En Soria Moria, Premio de Novela Ateneo de Sevilla, Freire se retrotrae a un mundo ya pasado: una familia inglesa que vive en Santa Cruz de Tenerife antes de la Primera Guerra Mundial. Y en ese idílico y casi fantasioso marco transcurre la historia de dos inocentes amigas adolescentes que poco a poco irán perdiendo su candidez infantil para convertirse en rivales temibles. Soria Moria es un lugar mítico que ambas utilizarán para huir de la aburrida y desencantadora realidad que las rodea, hasta que ellas mismas pasan a formar parte de esa realidad.
Espido Freire utiliza un curioso estilo que mezcla lo sencillo y claro con lo intrigante y oscuro. A veces, este híbrido resulta exitoso, pero otras sólo consigue desconcertar al lector. En Soria Moria encontramos así momentos lúcidos junto a otros de una confusión patente. Y cuando decimos confusión, hablamos de que parece que la escritora se perdiese al contarnos asuntos que no sabemos si de verdad son importantes o no.
Al leer Soria Moria, se tiene la sensación de que se trata de un extraño ejercicio entre la reafirmación de la feminidad actual -por la contraposición que en la mente del lector se hace de la mujer burguesa de principios de siglo con la mujer de hoy- y el escapismo a geografías fantásticas. Al final no queda muy claro si la fantasía es la Soria Moria que está en la cabeza de las protagonistas o la novela que está en la mente de Freire. Esta ya mencionada confusión irá invadiendo la historia, que en su comienzo promete un homenaje a la novela victoriana de Jane Austen, pero que poco a poco se va difuminando para dar paso a una novela escrita según ese modelo pero que hace hincapié en sus ingredientes fantásticos.
Como acierto hay que destacar la estructura cronológica que incluye dos pequeños fragmentos, al comienzo y al final, del futuro de las protagonistas, ya mayores, visitándose por última vez.