Chick Benetto se encuentra completamente abatido: divorciado, alcohólico, fracasado. Su hija se casa sin invitarlo, y después de la boda, se limita a mandarle una carta en la que no aparece dirección de remite. Chick decide regresar a Pepperville Beach, la localidad donde creció, para terminar con su vida. Sin embargo, se encuentra con su madre, que le ha preparado el desayuno. En realidad, su madre había muerto unos años atrás, lo que provoca en Chick una gran confusión gracias a la cual empieza a rememorar su infancia y adolescencia. Se arrepiente del escaso cariño que demostró a su madre, una mujer laboriosa y atenta que, tras la separación del padre, sacó la casa adelante.
Mitch Albom (1958) relata en la primera persona de Chick un conjunto de anécdotas familiares que retratan el carácter de sus padres, y la forma como se distancia de su madre, pues se siente vinculado a su padre y a las aficiones de su padre. En paralelo, Chick pasa un día entero en Pepperville Beach junto a su madre, visitando mujeres tan ancianas como ella. Se trata de un día más tanto para Chick como para su madre; un día crucial para el protagonista, y un día más de afecto y ternura maternales.
Con un estilo sencillo y fluido, Albom dota a los personajes de suficientes matices y hondura humana, prescindiendo de complejos conflictos. Gran parte del libro traslada escenas vívidas, coloristas y cercanas, aunque quizá las situaciones y los protagonistas puedan resultar demasiado vistos: familia americana de los años 50, pueblo tranquilo con casas ajardinadas, béisbol, Halloween, etc.
El autor de Las cinco personas que encontrarás en el cielo y Martes con mi viejo profesor se sirve de Chick para intentar enfocar la vida de manera confiada, y subrayar la importancia de la familia. Un día más esquiva planteamientos moralistas, aunque deja claro un concepto negativo de aquello que destroza la familia: enfrascamiento en el trabajo, alcoholismo, divorcio, ausencia de complicidad entre los cónyuges. A pesar de que el libro termina de manera un tanto acelerada, lo que le resta peso y credibilidad, Albom ha sabido hablar de la muerte y de la familia desde el cariño y la simpatía. En resumen, una lectura agradable, fresca y escrita con naturalidad.