Esta novela, que ahora se reedita, publicada en 1963, formaba parte de un proyecto de trilogía (Tres pasos fuera del tiempo) que la autora nunca completó. De hecho, ésta es la única de las tres que se editó en vida de Carmen Laforet (1921-2004). Póstumamente, en 2004, se publicó Al volver la esquina; aunque terminada en 1973, la escritora nunca devolvió las pruebas de imprenta a la editorial, probablemente porque no se sentía satisfecha con ese texto. Se desconoce si llegó a escribir la tercera, Jaque mate. Se trataba de narrar tres momentos de la vida de un hombre.
La insolación es una buena novela de aprendizaje. Ambientada en los primeros años de la postguerra civil española, relata la relación entre Martín Soto, que pasa tres veranos con su padre, militar, y con su madrastra en el pueblo de la costa levantina en el que aquél está destacado, y Anita y Carlos Corsi, huérfanos de madre, a los que su padre visita periódicamente, y deja, durante las vacaciones, al cuidado de Frufrú, una anciana peculiar y un tanto misteriosa, pero leal.
La evolución de los protagonistas a lo largo de los tres veranos, que marcan su paso de la infancia a la adolescencia, está bien descrita. También el ambiente de la época, expuesto con realismo, pero sin cargar las tintas en lo negativo o en lo amargo, porque la vida siempre es más variada y rica que los adjetivos simplificadores con que suelen etiquetarse los periodos históricos. La gente trata de salir adelante en momentos de penuria y sufrimiento, pero también sabe divertirse e intentar ser feliz.
Destaca en la novela la caracterización de los tres chicos protagonistas, muy distintos, pero unidos por una amistad que siempre prevalece, aunque haya momentos de tensión y divergencias propias de la inmadurez juvenil. También el ambiente y las costumbres de la zona están bien reflejados, así como la mentalidad dominante entonces en España.
El ritmo de la novela no decae y se intensifica al final. La prosa cuidada, elegante, con abundantes diálogos que le dan agilidad, pero sin artificios ni experimentos estilísticos, porque de lo que se trata es de contar una historia.