En esta ocasión no se trata de un caso policíaco del mejor personaje del autor italiano, el comisario Montalbano. Camilleri escribe una historia basada en la crónica de un suceso de 1924. Los enfrentamientos políticos entre comunistas y fascistas son algo habitual en Caltagirone, un pequeño pueblo siciliano. Una noche se produce una reyerta entre cuatro fascistas y un comunista, en la que uno de los fascistas es abatido por un disparo. Michele Lopardo, el comunista, es detenido y acusado de asesinato. Así comienza la caída en desgracia de Lopardo y el simultáneo enaltecimiento hasta el título de mártir de Lillino Grattuso, el fascista asesinado.
La novela se basa en una historia real. El libro podría haber resultado interesante por la cuidada ambientación de la época. Pero al autor le vence su habitual displicencia e ironía y termina por caer con un hilarante humor en la manida clasificación de buenos-comunistas y malos-fascistas. Sin embargo, en ocasiones es de agradecer su buen humor, pues suaviza la terrible historia y acalla los rencores que pudieran quedar. Camilleri se ríe también de la fastuosidad fascista de Mussolini, encarnada en el proyecto que nunca llegó a realizarse de la ciudad de Mussolonia. Y sin acritud, desenmascara la bajeza de los que se arrastraron por complacer los caprichos del Duce.
José María Fernández Fuentes
