El protagonista de esta breve pero intensa y emotiva novela es Bruno, un niño de nueve años que es hijo de un comandante nazi, hombre de confianza del propio Hitler. Bruno vive en Berlín, con sus padres y su hermana Gretel, unos años mayor que él y con quien no se lleva bien. Y aunque empieza a notar que algo extraño sucede a su alrededor -la llegada de Hitler al poder y los preparativos para la guerra- es tan pequeño que apenas se entera de nada. La novela comienza cuando el padre es trasladado de Berlín a un lugar en principio desconocido. Poco a poco vemos que el padre ha sido destinado al campo de concentración de Auchviz (designado así en la novela). Ni Bruno ni su hermana saben nada de lo que es un campo de concentración y mucho menos de la cuestión judía. Un día, dando una vuelta por los alrededores, Bruno conoce a Schmuel, un niño polaco y judío que se encuentra al otro lado de la valla. Schmuel tiene los mismos años que Bruno y entre los dos surge una escondida y peligrosa amistad.
La novela tiene su trampa melodramática, pero hay que reconocer que el autor (Irlanda, 1971) acierta con el ingenuo e infantil punto de vista, lo que da a toda la narración una perspectiva distinta, nueva, eficaz. Por eso resulta una novela original, que impacta y que se lee muy bien, como lo demuestra su éxito internacional.