Planeta. Barcelona (2006). 300 págs. 22 €.
José Pedro Manglano es conocido sobre todo por sus libros de espiritualidad, que han encontrado un público nuevo y numeroso. Sin embargo, lo que ahora nos propone es un libro de autoayuda, ilustrado por el humorista gráfico Antonio Mingote.
Sin embargo, no es este un libro de autoayuda al uso. Las obras de autoayuda suelen intentar convencernos de que el secreto de la felicidad se encuentra en el éxito, concebido como una mezcla de poder, fama y dinero, como una receta que sirve a todos por igual. Sin embargo, según la tesis defendida por Manglano, no existe tal receta. Mejor dicho, existen tantas recetas como personas.
Ser feliz empieza por caerse bien a sí mismo, por encontrarse cómodo y a gusto con el propio yo. Se parte de la base de que el yo que se cae bien es el yo que recorre el camino de la vida sin extraviarse por ninguna de las vías secundarias y sin salida que se le presentan. Por eso, los 22 yoes del libro son 22 maneras de gestionar el yo para evitar cualquiera de las falsificaciones del único yo feliz.
Pero estas 22 maneras no están escogidas caprichosamente entre otras muchas otras posibles. «Podemos afirmar -dice Ratzinger- que hay actitudes humanas fundamentales que son indispensables como presupuestos metodológicos del conocimiento de Dios». Manglano asume el reto de señalar las cuatro actitudes que él cree están en el fundamento de la persona. Lo primero que caracteriza a la persona es su apertura; en segundo lugar, buscamos el agradecimiento; la tercera actitud es la del respeto a uno mismo y a los demás; la última de las actitudes es la que lleva a una voluntaria rebeldía o inadaptación a lo imperfecto del mundo.
El libro es ameno y divertido -a lo que ayuda las ilustraciones de Mingote para cada tipología-, sin abandonar el tono serio de quien conoce -y mucho- al hombre.
Manuel Amorós Tenorio