Almuzara. Córdoba (2006). 490 págs. 22 €. Traducción: Alberto Magnet.
Qiu Xiaolong (1953) se especializó en literatura angloamericana en la Universidad de Shanghai y fue traductor al chino de Joyce, Faulkner, Conrad… Cuando tuvo lugar la matamza de la plaza de Tiananmen, se encontraba en Estados Unidos. Considerado uno de los líderes del movimiento estudiantil, no pudo regresar a su país. En la actualidad es profesor en la Universidad de Washington y autor de una serie de novelas policíacas protagonizadas por Chen Cao. «Muerte de una heroína roja» es su primera novela.
A través de la irónica mirada de Chen Cao, inspector jefe en homicidios de Shanghai, personaje que posee bastantes rasgos del autor (además de policía, también es experto en literatura occidental, poeta y traductor de novelas policíacas), Qiu hace una veraz radiografía de China. La novela comienza con el descubrimiento del asesinato de la joven Guan Hong Ying, muy conocida en el país por haber sido distinguida como trabajadora modelo de rango nacional, una joven muy implicada en las tareas del Partido Comunista. El departamento de Chen es el encargado de la investigación. La novela avanza al ritmo de la clásica novela negra, aunque el autor introduce numerosos aspectos sociológicos que explican la situación tras las reformas económicas introducidas por Deng Xiaoping, los sucesos de la Plaza de Tiananmen y el poder omnímodo del Partido Comunista. En el caso está implicado el hijo de un antiguo Ministro, representante de lo que se conoce como los Hijos de los Cuadros Superiores, jóvenes que disfrutan de unas ventajas que son una bofetada para el resto de la sociedad.
La novela refleja las grietas del comunismo y las abismales diferencias sociales que se dan ahora mismo en China y que el autor describe acertadamente retratando la vida de los diferentes barrios de Shanghai.
Ángel Amador