Seix Barral. Barcelona (2006). 320 págs. 17 €.
Luisa Castro ha escrito una novela de amor con los manidos mimbres de las novelas del género rosa. Aunque ha intentado escribir una novela actual -con personajes del presente y con ingredientes muy contemporáneos, también eróticos-, en ningún momento «La segunda mujer» consigue liberarse de unos estereotipos que afectan sobre todo a la elaboración argumental y estilística.
La joven escritora Julia Vaquero conoce al crítico de arte Gaspar Farré, treinta años mayor que ella, divorciado, con un pasado de político de izquierdas. Entre los dos surge una «irresistible pasión»; el sexo da lugar a la amistad y luego al «encendido» amor. Gaspar cree haber encontrado al amor de su vida y quiere que Julia sea su mujer y la madre de sus hijos. La historia de amor supera los obstáculos de la diferencia de edad y del distinto origen social (Gaspar pertenece a la burguesía catalana; ella es hija de una humilde familia gallega). Sin embargo, lo que parecía ser un matrimonio feliz se transforma poco a poco en un peligroso y violento dramón propio de las telenovelas.
El tema podría haber tenido interés si la autora hubiese indagado en la inmadura intimidad de los protagonistas y en el componente social. Ni una cosa ni la otra. Durante más de doscientas páginas, los protagonistas se llaman en innumerables ocasiones «mi vida», «mi amor» (incluso se les menciona como «los dos tortolitos»). Es una lástima que Luisa Castro, autora de una sólida trayectoria literaria, haya escrito una novela tan superficial; pero resulta todavía más escandaloso que esta novela haya obtenido el premio Biblioteca Breve, premio prestigioso (en teoría).
Ángel Amador