Rialp. Madrid (2005). 286 págs. 13 €.
Este libro es consecuencia de un aniversario: se cumplen 40 años de la Unión de Escuelas Familiares Agrarias (EFA), por lo que se podría decir que es un libro testimonio o explicativo de esta iniciativa educativa. Los autores son dos personas que conocen bien el mundo rural: el sindicalista Felipe González de Canales, que fue primer secretario general de las EFA y hoy presidente del Instituto de Desarrollo Comunitario, y Jesús Carnicero, periodista.
El lector encontrará datos y cifras de lo que hacen las Escuelas Familiares Agrarias (EFA), escuelas de formación agraria. Pero tiene también interés por otros dos aspectos. Primero, permite hacerse una composición de lugar sobre cómo se ha ido desarrollando el mundo rural durante los últimos 40 años. Una historia desarrollada fundamentalmente en España, aunque en éstas páginas también se nos cuentan algunos aspectos del mundo rural -siempre al hilo de los centros EFA- en Filipinas donde existen hasta 6 centros, en Argentina (9), Uruguay (3), Perú (14), Colombia (3), Guatemala (6), Santo Domingo (6), Camerún (5), Chile (6) o en México (1), países de los que también podemos conocer retazos de esa historia agraria y en los que se ha contribuido a desarrollar redes similares a las españolas para la mejora del campo, o mejor, de los campesinos.
Asimismo el lector puede conocer la fisonomía de más de 100 proyectos que esta institución educativa ha ejecutado con apoyo financiero de la Agencia de Cooperación española, la UE, ayuntamientos y Comunidades autónomas españolas.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que estos centros EFA no responden a una iniciativa únicamente empresarial ni siquiera meramente social. También quieren alcanzar el mejoramiento espiritual de los alumnos que se acercan a sus escuelas con el fin de recibir una formación cristiana. Pues, según se explica en el libro, estos centros EFA deben su nacimiento e impulso a «la preocupación y el interés de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, por la formación integral de los hombres y mujeres del medio rural». Así, el lector tendrá la percepción de que gracias a la iniciativa de un santo y al empeño de hombres y mujeres empeñados en la mejora del medio rural, se puede hacer también mucho bien a las gentes que a menudo han vivido en duras condiciones de vida.
Evaristo de Vicente Pachés