JdeJ editores. Madrid (2005). 182 págs. 15 €.
José Luis Olaizola ha escrito un libro, como muchos de los suyos, en el que el tema principal se confunde con su propia biografía -no en vano, es un diario-. En éste realiza una serie de retratos de las personas famosas que ha conocido, personajes tan dispares como Miguel Delibes, el actor Antonio Resines o Juan Pablo II, a quien denomina como «el mejor amigo del mundo». Todos ellos se van deslizando por estas páginas, al hilo de anécdotas, y al final el lector tiene la impresión de que él mismo los conoce.
Olaizola escribe con un tono alegre, jovial. Hay momentos emocionantes, como la historia de la mujer de Ramón J. Sender, fusilada en la guerra civil española, o la del propio Dominguín, a quien el autor conoció a través de José Antonio Vallejo Nájera. En otros casos, la circunstancia es graciosa: su amistad profesional con Manuel Vázquez Montalbán, a quien presentó un libro con el que se mostraba especialmente en desacuerdo.
Tal y como se presenta Olaizola, se puede tener la sensación de que su vida ha estado llena de casualidades. Ha sido como un polizón de la literatura, con incursiones en el mundo del cine. Pero es un autor para todos los públicos -ha escrito novelas infantiles, libros de viajes, biografías y novelas históricas-, con un estilo coloquial y cercano que le ha ganado muchos seguidores.
Josemaría Carabante