Minotauro. Barcelona (2005). 254 págs. 16,50 €.
Rafael Marín (1959), uno de los mejores cultivadores de la literatura fantástica en España, realiza con esta novela una notable incursión en la literatura policiaca, sin abandonar del todo el componente de misterio y fantasía que ha caracterizado sus obras anteriores. Concebida como un homenaje a grandes personajes del cine y la literatura, es a la vez novela de aventuras, relato de anticipación y reconstrucción de una época, adobado todo con un eficaz humor que llena de simpatía estas páginas.
El autor traduce un manuscrito encontrado de forma rocambolesca, escrito por Charles Chaplin, en el que el genial actor rememora su infancia y primera juventud. Hijo de un padre alcohólico y una actriz de variedades, Chaplin vagabundea por las calles de Londres y da tumbos de orfanato en orfanato. A través de su hermanastro entra al servicio del famoso detective Sherlock Holmes: es uno de los golfillos que forman su patrulla de «Irregulares», que participan en distintas misiones a cambio de unas monedas.
El contacto con Holmes se reanudará años después, cuando Chaplin da sus primeros pasos en la escena. El detective le contrata en sustitución de Watson, ya retirado, para resolver el complicado caso del secuestro de un actor teatral que representa al propio Sherlock Holmes.
Mezclando datos históricos con entes de ficción (porque aquí tanto Sherlock Holmes como Frankenstein son personajes reales), consigue Marín la complicidad del lector, que sigue mucho mejor las deducciones de Holmes que un perplejo Chaplin, ignorante casi siempre de lo que está pasando, pero que siempre reacciona con coraje y lealtad. El resultado es una estupenda novela, amena e inteligente, llena de guiños al lector actual.
Pedro de Miguel