Anagrama. Barcelona (2004). 322 págs. 17 €. Traducción: Antonio-Prometeo Moya.
El escritor Martin Amis (1949) cuenta con un merecido reconocimiento internacional y la mayoría de sus novelas («La flecha del tiempo», «La información», «Tren nocturno» ) han sido publicadas en diferentes idiomas, lo mismo que su biografía, «Experiencia». En ella abordó la compleja relación que tuvo con su padre, el también novelista Kingsley Amis. En «Koba el Temible» el punto de partida es la pertenencia de Kingsley Amis al partido comunista desde 1941 a 1956. Aunque luego su padre renegó del comunismo, Martin Amis nunca ha llegado a entender la actitud de su padre en aquellos cruciales años ni la de tantos intelectuales europeos que asumieron las purgas y los campos de concentración como un paso necesario para la construcción del hombre nuevo comunista.
El libro, que no es ni ensayo ni biografía pero que toma ingredientes de estos dos géneros, comienza relatando algunos recuerdos personales al hilo de su amistad con Robert Conquest, autor de «El gran terror» (1968), una investigación clave para desmontar la propaganda comunista, ensayo muy citado por Amis. Poco a poco, la figura de Stalin se apodera de todo el libro. Amis no sigue un método sistemático, pues salpica la narración de reflexiones apasionadas con las que ajusta cuentas con aquellos que nunca se han reído de las matanzas de Hitler y que, sin embargo, mostraron una actitud condescendiente con los fracasos catastróficos de la URSS y los crímenes de las dictaduras comunistas.
Amis es implacable con Stalin, pero no se queda atrás con Lenin y Trotski. Como tantos historiadores modernos se han encargado de demostrar, lo que hizo Stalin -la política de terror contra los campesinos, la utilización del hambre como elemento terrorista, las arbitrarias purgas, el culto a la violencia, etc.- proceden de los métodos de Lenin y de Trotski. Él no inventó nada.
Para conservar el poder y eliminar a sus enemigos, supuestos o reales, Stalin puso en marcha una poderosa máquina propagandística, basada en la mentira sistemática para publicitar los avances del comunismo. No entiende Amis cómo estas campañas tuvieron tanta eficacia entre los intelectuales europeos, y no le sirve el argumento, porque no era verdad, de que no se conocían esas atrocidades. En este sentido, Amis destaca el papel que desempeñó Alexandr Solzhenitsin con sus impactantes testimonios literarios de la realidad soviética, como «Archipiélago Gulag». Como curiosidad, habría que resucitar los comentarios que suscitó entre buena parte de la izquierda española la publicación en la década de los setenta de su obra, calificada por muchos como reaccionaria.
Para la elaboración de su libro, Amis se ha documentado con la gran cantidad de libros que han salido últimamente sobre la Unión Soviética y los años de Stalin en el poder. Su aportación no es un ensayo, ni una biografía redonda, ni un libro más de historia. Sin embargo, por el tono, por la personalidad y por la fama del autor, «Koba el Temible» puede ser un alegato contra la mentira del comunismo mucho más eficaz que muchos libros de historia.
Adolfo Torrecilla