Alfaguara. Madrid (2003) 194 págs. 17,50 €.
Integran este libro tres relatos surrealistas esculpidos en un lenguaje sabiamente manejado, como corresponde a un autor que es miembro de Real Academia Española y Premio Nacional de Narrativa por La fuente de la edad.
En las tres narraciones el protagonista es el amor: el que fue y ha dejado de ser, el que perdura en la memoria y el que será si se cumplen los sueños. El amor es contemplado desde las más diversas perspectivas: como sublime, ridículo, ingenuo, resabiado, rutinario, inverosímil, etc. Las narraciones tienen un tono moralizante, una filosofía vital más o menos profunda, un humor que permite observar a los personajes como si fueran idiotas, y como tal son mostrados en su mayoría para perplejidad y sonrisa sardónica del lector. Este no logra sentir -en su sorpresa- ninguna ternura hacia ellos, salvo en el caso de Dega, protagonista del tercer relato.
Juega magistralmente el autor con el espacio y el tiempo para revelar y ocultar a la vez, urdiendo una intriga que atrapa al lector, aunque presienta que el desenlace será un chasco. Como ocurre con la mayor parte de los argumentos de Mateo Díez, cabe preguntarse si no será digna de mejor causa esta magistral pluma que se recrea, sin embargo, en temas y personajes de muy poco valor.
Carmen Riaza