Encuentro. Madrid (2003). 212 págs. 16 €. Traducción: José Miguel Oriol.
El debate, aún no cerrado, sobre la referencia al cristianismo en la Constitución Europea, está provocando reflexiones de intelectuales, desde la historia, la filosofía o la política. El caso de Una Europa cristiana tiene particular interés por proceder de un judío norteamericano. Weiler dirige el Centro Jean Monnet de Estudios europeos e internacionales de la New York University y es también profesor del Collège dEurope de Brujas. Experto constitucionalista, en este ensayo expone, de un modo profundo y muy sugerente, las razones por las que la mención al cristianismo en la futura Constitución europea sería plenamente coherente con los principios de laicidad y de tolerancia en los que los promotores de aquella quieren apoyarse.
Weiler hace hincapié en la indudable influencia cristiana en el nacimiento y en el desarrollo de Europa, sin la que no sería posible comprender ni la cultura europea en sus logros más importantes y universales ni aun a aquellos pensadores, artistas, políticos que a lo largo de la historia del Viejo Continente se han mostrado contrarios al cristianismo. Señala también la falsa neutralidad de quienes sostienen que el punto de partida para una Constitución aceptable para todos ha de ser el agnosticismo. Weiler piensa que la neutralidad auténtica será la que reconozca tanto las aportaciones de la Ilustración como las de la herencia cristiana en el reconocimiento de los derechos humanos y de la dignidad de la persona como pilares de Europa, y repasa lo que sobre Dios y sobre el cristianismo se dice en las constituciones de algunos países europeos.
Weiler analiza algunos documentos de Juan Pablo II, como las encíclicas Redemptoris missio y Centesimus annus, en los que ha encontrado los argumentos más sólidos en defensa de la dignidad de la persona, de la tolerancia y de la recuperación de la espiritualidad, que considera imprescindible para el futuro de Europa. El autor lamenta que sobre estas cuestiones tan importantes no se haya producido un debate profundo y se queja también de la pasividad al respecto de políticos y de pensadores que se dicen cristianos. En el apéndice, figuran algunos párrafos de las constituciones de Francia, Alemania, Irlanda, Dinamarca, Grecia, Malta, España y Polonia, en los que se trata de la religión con muy variados enfoques; el preámbulo de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europa y el preámbulo del tratado que instituye una Constitución para Europa, documentos ampliamente comentados por Weiler. Un libro riguroso, valiente, enriquecedor.
Luis Ramoneda