Tusquets. Barcelona (2003). 502 págs. 20 €. Traducción: Carmen Montes Cano.
Una nueva entrega, la sexta novela editada en España, aunque sea la tercera de las diez que hasta ahora ha publicado en su país el ya conocido escritor sueco Henning Mankell (Estocolmo, 1948). Como quizá ya se sepa, la serie policíaca que protagoniza el comisario Wallander –La quinta mujer, Asesinos sin rostro, La falsa pista y Los perros de Riga– está obteniendo una notable aceptación.
La leona blanca es una obra muy similar a las anteriores, con una trama policíaca tan interesante como agitada y donde aparece el inspector Wallander, un protagonista tan humano y cordial como siempre. En esta novela quizá se puedan ver dos temas diferenciadores. En primer lugar la cuestión del racismo, que prima en el argumento, pues la historia de la narración es la de un complot de radicales boers que pretenden desestabilizar por completo la ya precaria paz de la República de Sudáfrica durante la presidencia de De Klerk y que han elegido la Scania sueca para preparar la acción criminal. Y ya en un plano más secundario del relato, las preguntas de Wallander sobre la fe religiosa, pues la primera víctima de los asesinos es la joven agente inmobiliaria sueca Louise Akerblom, esposa y madre ejemplar y devota metodista, cuya coherente vida causa cierta perplejidad al policía.
Esta novela mezcla ambientes y temáticas de la avanzada sociedad del bienestar del primer mundo sueco, con escenas bien documentadas y convincentes de la tensa y sorprendente vida en Sudáfrica. Quizá -como ocurría en Los perros de Riga– se le pueda achacar un exceso de acción, un tanto alejada de la contención de sus novelas posteriores.
Ángel García Prieto