Minotauro. Barcelona (2002). 224 págs. 10,20 €. Traducción: Matilde Horne y Francisco Abelenda.
Stanislav Lem (Lwow, 1921), un médico polaco-ucraniano, escribió en 1961 una novela magnífica llamada Solaris que ahora reedita Minotauro, en una chocante traducción con dejes extraños. El relato, brillantemente recurrente y obsesivo, tiene como eje argumental el viaje de un psicólogo, Chris Kelvin, que deja la Tierra para trasladarse a una estación de investigación instalada en el planeta Solaris. Allí tratará de esclarecer la muerte de un científico y los extraños comportamientos de los dos restantes.
La prosa de Lem es especialmente cautivadora en las descripciones de las tentativas científicas para desentrañar los misterios de Solaris, un mundo hostil e indiferente, quizás caprichoso, o tal vez ansioso por comunicarse. Solaris es un planeta ceñido por un engrudo oceánico de origen y naturaleza ignotas que desafía desde hace siglos el asedio intelectual de los más sabios investigadores.
Solaris ha sido llevada al cine con desigual éxito. En 1972 Andrei Tarkovski ganó con su versión -marcadamente intelectual- el premio especial del Jurado en Cannes, y en 2002, la película de Steven Soderbergh, protagonizada por George Clooney y volcada sobre la peripecia amorosa del astronauta Kelvin, no ha despertado excesivos elogios de la crítica (ver servicio 31/03).
Alberto Fijo