Mondadori. Barcelona (2003). 285 págs. 17,70 € Traducción: José Manuel Prieto.
A principios de los noventa, Víktor Pelevin (Moscú, 1962) abandonó su carrera de ingeniero aeronáutico para publicar su primer libro. Desde entonces la crítica lo ha situado entre las corrientes literarias más renovadoras de la actualidad. Esta es la primera de sus obras que se traduce al español.
Se trata de uno de esos autores irreductibles que satirizan con ingenio sangrante y sin respetar ninguna directriz políticamente correcta. En esta novela arremete contra la sociedad postsoviética desde el punto de vista de la manipulación mediática, y lleva hasta tal punto su crítica que acaba identificando lo que era el poder absoluto del Partido con lo que hoy es en todo el mundo capitalista la tiranía aceptada de la publicidad y la televisión.
Vavilen Tatarski, un joven poeta desengañado, se aventura a trabajar en una empresa de publicidad, aparcando sus aspiraciones literarias. Poco a poco va descubriendo que los cambios radicales que se están produciendo en su país guardan una relación secreta con el mundo de los eslóganes preparados por las agencias de publicidad. Pelevin carga la mano describiendo un auténtico viaje iniciático del protagonista que le hará tomar contacto con el mundo de las mafias organizadas, la droga y los altos dirigentes publicitarios. Rusia aparece como una tierra de oportunidades para los tipos listos que sepan aprovecharse de la instauración de la economía de mercado mediante las tramas corruptas de la publicidad.
El libro está escrito con claro propósito satírico, y por ello la trama abunda en situaciones insólitas y disparatadas. Un lenguaje descriptivo brillante -que parodia frecuentemente el discurso del ensayo sociológico-filosófico- y los diálogos frescos constituyen un estilo diferente y lleno de ingenio. Sólo pesan a veces las digresiones, que lastran el ritmo de la narración, y que el autor no se haya esforzado por proponer un contrapunto serio entre tanta sátira.
Jorge Bustos Táuler