Grijalbo. Barcelona (2002). 269 págs. 16,90 €. Traducción: Ana Quijada.
Novela sentimental protagonizada por la hija de un conde ruso, caído en la primera guerra mundial. Al triunfar la revolución comunista, la joven huye de su país junto con su madre y su hermano menor, trasladándose a Inglaterra, donde los acoge una de sus antiguas institutrices. La escasez de dinero empuja a la animosa huérfana a trabajar como doncella en la mansión campestre de una ilustre familia británica, lugar donde transcurre la acción.
La obra reúne los elementos típicos del género al que pertenece, tanto de fondo como de forma. La heroína es un prototipo de bondad y coraje, capaz de disfrutar de lo mejor de cada momento, lo mismo entre el lujo de un palacio de San Petersburgo que en las dependencias de servicio de una finca rural inglesa bastante venida a menos. La ambientación está muy bien conseguida, con acertadas referencias sociales y políticas de la época en la que se sitúa, a comienzos de la década de 1920. Los personajes, trazados con rasgos coherentes aunque no muy originales, actúan de modo armónico dentro de la atmósfera narrativa en la que se mueven, y el estilo, impregnado de humor, no cae en excesos efusivos. En suma, una novela rosa construida con buena técnica y elaborada con elementos variados y hábilmente utilizados para distraer al lector, sin recurrir a tópicos desgastados ni apoyarse en apelaciones al sexo.
Pilar de Cecilia