Tusquets. Barcelona (1999). 269 págs. 2.300 ptas. Traducción: Roger Moreno.
Tras el éxito de su primera novela, Nunca se sabe (ver servicio 75/98), Inma Monsó (Lérida, 1959) reafirma su original mundo literario en esta su segunda novela, elegida ya como el mejor libro de narrativa catalana de 1998.
Su formación en filología francesa y posterior perfeccionamiento en las universidades de Caen y Estrasburgo, se refleja en la ambientación y configuración del relato. Al igual que en su primera novela, rehúye la temática de otros novelistas contemporáneos, eludiendo así el realismo social o la introspección intrascendente. Opta de nuevo por una historia casi surrealista, en la que los personajes aprenden a afrontar, de forma muy especial, situaciones que afectan al hombre de nuestro tiempo.
El relato se inicia cuando la narradora de la historia se convierte casualmente en la espectadora de una curiosa historia de amor que pondrá por escrito: la vivida entre Glenda, una psiquiatra en crisis vocacional, y Poltern, su paciente, un músico entregado por vocación a la enseñanza, pero que tiene que abandonar toda actividad aquejado de una fobia a las repeticiones. La singular terapia conjunta se iniciará en la granja que la extraña familia de Poltern tiene en la Bretaña francesa.
En el desarrollo de la historia, la autora deja entrever algunos de los problemas que aquejan a nuestra sociedad, como el aburrimiento de los profesionales de elite atenazados por la comodidad y los «servicios imprescindibles» que les rodean; la angustia del profesor ante los alumnos perezosos e insolentes; el problema del lenguaje y la comunicación y su importancia en el intercambio de sentimientos: la enfermedad, en suma, de una socidad saturada por su propio progreso.
En la otra vertiente, se despliega la vida ingenuamente feliz de unos personajes extravagantes, al margen de toda lógica y convención social, artífices de sus normas, inventores de su realidad, pero con una influencia nefasta para quien, como Poltern, no formaba parte de su mundo especial.
El relato gana en interés a lo largo de su segunda parte, dejando inquieto al lector ante el inesperado final que tejen el amor de una mujer y los celos de una hermana.
Blanca Vallejo Esteban