Plaza & Janés. Barcelona (1999). 702 págs. 3.250 ptas. Traducción: Miguel Sáenz.
Salman Rushdie se parece cada vez más a Salman Rushdie. El escritor ha publicado su séptima novela, un viaje a modo de montaña rusa que nos traslada desde Bombay a Londres, de Manhattan a México, siguiendo las vidas esperpénticas de tres personajes. Basándose en el mito de Orfeo y Eurídice -ella muere y él intenta rescatarla del Hades a través de la música-, Rushdie presenta a Ormus Cama («Ormus» es la versión persa de Orfeo), el músico con más talento de nuestro siglo, y Vina Apsara, cantante cuya fama llegará a ser una mezcla de Madonna y Diana de Gales. La relación tempestuosa de la pareja, que formará el grupo de rock VTO, constituye el eje central de la novela. El narrador es Rai, fotógrafo y amigo de juventud de los dos, enamorado de Vina.
Alrededor de estos tres personajes gira una multitud de caracteres excéntricos, artistas, locos o asesinos. La novela comienza con el final, el núcleo está lleno de comienzos y la conclusión es un volver a empezar. La primera parte, que cuenta la juventud de los protagonistas en la India, es entretenida y vital. A partir de allí, la acción adquiere una velocidad desaforada e incluso el autor parece perder el control del destino de sus personajes. Estos dejan su país, circunstancia con la que Rushdie nos obliga a pensar en los efectos que han tenido sobre la cultura las masivas migraciones del Este al Oeste, típicas de nuestro siglo. La obsesión por viajar, por buscar estabilidad y un lugar al que pertenecer, es central en la novela.
La narrativa de Rushdie -ingeniosa e imaginativa- refleja aquí el mundo del espectáculo, y se construye con letras de las canciones de la época y agudos juegos de palabras. Por desgracia, esos elementos -en mi opinión, la virtud principal de la novela- desaparecen en la traducción. Las páginas están llenas, además, de alusiones mitológicas, religiosas, de cultura popular y literarias desde la Biblia a V.S. Naipaul. De esta forma, el autor consigue multiplicar los niveles de significado de la narración, ligando el texto a obras literarias emblemáticas y a otras manifestaciones artísticas. En concreto, destacan las lucubraciones de Rai sobre el arte de la fotografía. La prosa compleja de Rushdie es una manifestación literaria del cruce de culturas que él ha vivido.
El título de la novela señala en qué clase de mundo están sumidos los personajes: el suelo bajo sus pies es una realidad en constante movimiento, sin solidez, intangible. Figurativamente, la inseguridad se comunica por la presentación de muchas referencias socio-culturales modificadas: hay una alusión al éxito de Carly Simon y Genevieve Garfunkel con su canción «Bridge over Troubled Waters», a que un doble asesinato causó la muerte del presidente estadounidense Bobby Kennedy y de su hermano, el ex presidente Jack, y que El Quijote fue escrito por el inolvidable Pierre Menard.
En un mundo inestable, donde se pierden las referencias, el autor diluye la frontera clara entre la fantasía y la realidad, entre este mundo donde la tierra está bajo nuestros pies y uno subterráneo. Rushdie entremezcla el realismo mágico con su relato pseudo-histórico. Por ejemplo, Ormus oye a su gemelo, muerto al nacer, cantarle canciones de éxito dos años, ocho meses y 28 días antes de que salgan (léase 1.001 noches -uno de los símbolos preferidos de Rushdie-, con el que señala la necesidad de contar historias para sobrevivir).
Como sus personajes, Rushdie no puede evitar ser una representación de sí mismo, y la novela se convierte en un texto que se autocontempla, admirando su propia destreza literaria. Los temas que trata son sus preferidos. Habla de la posibilidad de innumerables transformaciones culturales; el imperativo de la inmigración y la búsqueda de raíces; el hombre como fuente de significado y el rechazo de lo transcendente.
Otras obsesiones de Rushdie llenan las páginas: un feroz y consistente ataque a Dios y a todas las formas de religión institucionalizada; una moralidad ambigua, basada sólo en las necesidades del momento; relaciones sexuales agresivas o frívolas, vacías de contenido. Uno acaba con la sensación de que Rushdie ya ha dicho todo esto anteriormente, y este viaje en montaña rusa provoca al lector un mareo increíble.
Rocío G. Davis