Planeta. Barcelona (1994). 222 págs. 1.800 ptas.
Mariana, de 18 años, con una madre melancólica por la espera del marido mujeriego, comprendió que «ella era como las hojas diminutas de las acacias que temblaban en la brisa».Tras esta profunda revelación, su vida será singularen medio de una sociedad -la nobleza francesa de finales del XIX- que no la comprende: porque ella es sensible y no frívola, tiene algo dentro que nadie parece saber descubrir. Por eso es una solitaria impenitente.
Es frecuente pasar de hoja y encontrarse con una mujer traicionada que llora largas horas sin consuelo. En el turbio mundo que rodea a Mariana no existe la fidelidad ni la autenticidad. La novela,a pesar de todo finalista del Premio Planeta, a la postre resulta sensiblera, repetitiva, simplista y, sobretodo, demasiado larga.
José Félix Tamayo
