Seix Barral. Barcelona (1994). 141 págs. 1.200 ptas.
Lu Wenfu (1928) es un autor chino que sufrió las irracionales decisiones de la Revolución Cultural. Después de la caída de la Banda de los Cuatro consiguió rehabilitarse y ser, en la actualidad, uno de los escritores chinos más valorados. Sigue viviendo en Suzhou, ciudad en la que ha situado el argumento de este breve y original libro.
De un modo desenfadado e irónico, Lu Wenfu repasa los últimos cuarenta años de la triste historia de China. El narrador es un joven, entusiasmado con las ideas revolucionarias, que recibe el encargo de dirigir un restaurante en Suzhou, ciudad de reconocida fama gastronómica. Su idea es llevar también la revolución a la comida china, por lo que introduce drásticas medidas que desvirtúan a la larga su prestigio. A la vez, el narrador ofrece su antítesis, Zhu Ziye, un personaje que vive de las rentas, un «burgués capitalista» que sólo piensa en comer, pero en comer bien. La relación que los dos mantienen con la comida es paralela a la evolución y destino de las ideas maoístas. Una vez más, resultan patéticas las páginas que el autor dedica al Gran Salto Adelante, la Revolución Cultural y los Años Negros. Ridículo es también el culto a Mao: antes de cada actividad, y también antes de las comidas, todos los asistentes debían repetir en alto: «¡Deseamos que el presidente Mao viva eternamente y que el vicepresidente Lin Biao se encuentre bien!».
A medida que van pasando los años, el narrador pierde su fe en la retórica comunista y se aproxima más a las ideas gastronómicas de Zhu Ziye, un verdadero «gourmet», para quien «el conocimiento de los sabores es algo tan delicado como el conocimiento de los hombres; ambas cosas requieren años de experiencia».
Adolfo Torrecilla