Rialp. Madrid (1993). 323 págs. 2.000 ptas.
Este libro constituye la introducción a un Tratado de Educación Personalizada, que se desarrolla a lo largo de treinta y dos volúmenes más, en gran parte ya publicados. Víctor García Hoz, director de esta obra colectiva, describe aquí el concepto fundamental que inspira al Tratado.
La educación personalizada es un movimiento de renovación pedagógica enmarcado dentro de las teorías de la nueva educación, que comienzan alrededor de 1900. En España, la expresión «educación personalizada» se acuñó en los años sesenta a partir de un curso de conferencias dictado por el autor en la Universidad de Madrid, durante el año académico 1965-1966.
Esta concepción pedagógica tiene como principal preocupación la consideración de la persona humana en toda su complejidad, sintetizada en tres características: la dignidad, que se concreta en la autonomía del obrar consciente y libre, la singularidad y la apertura.
Establecido el significado de la educación per-sonalizada, García Hoz pasa a desarrollar el contenido y sentido de sus diferentes campos. Estudia la tendencia del hombre a la felicidad hasta llegar al descubrimiento del sentido de la vida como aspiración universal. Continúa con el análisis de los ambientes educativos y de las tres perspectivas de la educación: como instrucción, como desenvolvimiento y como preparación para la vida. Especial atención dedica a los actos educativos, sus características y su orientación hacia la aspiración básica del hombre que es la felicidad. Además de su estructura e intencionalidad, estudia las cuatro formas generalizadas que puede revestir la actividad educativa: juego, trabajo, estudio y lucha.
Después la obra se adentra en el estudio de los principios que constituyen la personalización educativa, prestando especial atención a la preparación para la vida y la construcción de la personalidad. El mapa de la educación personalizada que se ofrece a los pedagogos y educadores muestra en toda su complejidad el campo conceptual de ésta, y establece las bases para su realización práctica.
La obra termina ocupándose de los protagonistas -los alumnos- y mediadores -los padres y profesores- del proceso educativo, así como de los métodos, programas y organización escolar. Todo ello se dirige a «preparar para la vida» en su doble faceta: descubrir el sentido de la vida y el proyecto para realizarla.
Ignacio Gómez González