Tusquets. Barcelona (1994). 233 págs. 1.800 ptas.
Cristina Fernández Cubas cuenta con una reconocida y sólida trayectoria como autora de relatos cortos. Sus libros Mi hermana Elba, Los altillos de Brumal y El ángulo del horror son hoy día muy bien valorados dentro de la narrativa breve de los años 80.
Con Agatha en Estambul reitera su técnica narrativa, definida por la introducción, lírica y sugerente, de un ligero toque fantástico. Partiendo de un realismo cotidiano, la fantasía entra en las mentes de unos personajes, la mayoría femeninos, que se ven envueltos en unas fantasías psicológicas cada vez más apremiantes.
Este nuevo libro está compuesto de cinco relatos. Algunos, como Mundo y Con Agatha en Estambul, resumen acertadamente su narrativa. Otros no acaban de cuajar, como La mujer de verde y El lugar. La ausencia es un buen ejercicio estilístico, aunque poco original en su anécdota.
El primer relato, Mundo, está ambientado en un convento. La protagonista ingresa muy joven, impulsada por una decisión paterna y por un delicado asunto en el que se vio envuelta y que no la dejaron resolver. Aunque no hay ninguna crítica explícita, la protagonista, que es la narradora, presenta su vocación religiosa como una mera solución a sus problemas temporales. En el convento encontrará la paz, la amistad y la tranquilidad, pero no aparecen los motivos, profundos y religiosos, por los que una monja decide abandonar el mundo. En otros relatos se insinúan, de pasada, sin ser nunca el centro de la narración, situaciones amorosas irregulares.
Los cuentos de Fernández Cubas no atrapan por el vertiginoso ritmo de la narración, ni por la originalidad del argumento, ni por unos desenlaces sorprendentes, que no los hay. Lo que más les define es su ritmo, su estilo, sus dosis de lirismo y de fantasía.
Adolfo Torrecilla