Cátedra. Madrid (1993). 380 págs. 1.300 ptas.
Edgar Lee Masters nació en 1869 en Garnett (Kansas). Pasó su infancia en la zona de las Grandes Praderas, ejerció la abogacía en Chicago y se trasladó a Nueva York en 1923 para dedicarse a escribir. Murió en 1950 en un sanatorio de Filadelfia. Escribió poesía, novelas, teatro, biografías y ensayos.
Antología de Spoon River es su obra poética más importante. Publicada en 1914, le dio notable popularidad en Estados Unidos y se ha traducido a muchos idiomas.
Spoon River es un lugar inventado por el autor, ubicado al sudeste de Chicago, donde transcurrió su infancia. Masters versifica los epitafios de más de doscientos personajes relacionados con Spoon River, como si cada uno fuera el autor del suyo. No se trata, por tanto, de epitafios convencionales, sino de dejar esculpida la verdad sobre cada protagonista. Los recuerdos de su infancia y su experiencia como abogado le proporcionaron historias variadísimas, para la elaboración de este mosaico de conductas y caracteres que es Antología de Spoon River: los poderosos, los marginados, los idealistas, los aprovechados, los honrados, los hipócritas, los ateos, los creyentes…, todos tienen su puesto en esta danza de la muerte de principios de siglo. Aquí no predomina el tono ascético, como en las danzas medievales, sino la descripción de conductas, la ironía, la crítica social. Masters estuvo siempre del lado de los más desprotegidos y es muy duro con los arribistas, los poderosos, los hipócritas, los puritanos.
Hay un objetivo moralizante y el temor a que los ideales de los fundadores de los Estados Unidos se pierdan con el paso de una sociedad rural a una sociedad industrial e imperialista. Por esto, el tono general es de pesimismo acerca del futuro y de escepticismo sobre la mejora de las personas. De hecho, muchos protagonistas del libro han tenido conductas reprobables.
Sin embargo, tampoco faltan unos cuantos que destacan por sus virtudes, como la ciega que fue feliz («como si tuviera los ojos en la punta de los dedos»), la viuda que se desvive por sus hijos o el sacerdote entregado a servir a todos sin distinciones. Aunque Masters siente compasión por el ser humano, sus ideas de fondo apuntan hacia el fatalismo y se alejan del sentido del perdón y de la misericordia cristianos.
Luis Ramoneda