Anagrama. Barcelona (1995). 147 págs. 1.500 ptas.
En esta novela, Adelaida García Morales intenta recuperar el tono de sus primeros libros, los más conseguidos de su irregular trayectoria literaria. Como en otras obras suyas, las mujeres que habitan el microcosmos del relato creen en hechos mágicos y sobrenaturales, que difuminan la frontera entre lo real y lo fantástico. Pero esta vez, además, padecen algún tipo de desequilibrio psíquico. La narradora, Marta, una niña de diez años, va a vivir con una tía suya a un pueblo de Huelva tras la muerte de su madre. La tía Águeda es una mujer de rígida disciplina rayana en la crueldad.
La novela tiene como soporte un conflicto de escasa entidad. Esto hace que los problemas que plantea -la rigidez de una mujer reaccionaria, el despertar de la pubertad, la muerte…- se aborden sin ahondar en sus raíces. Además, es excesivamente tópica su crítica de un arquetipo de mujer cuyo repulsivo comportamiento arraiga en una religiosidad distorsionada.
Begoña Lozano