Ediciones B. Barcelona (1995). 303 págs. 2.400 ptas.
En Generación X y Planeta champú (ver servicio 146/94), Coupland abordó las inquietudes de un tipo de juventud norteamericana que no acaba de encontrar su camino en la sociedad actual. En Planeta champú hacía ver el fracaso de los ideales de estos jóvenes, angustiados por placeres insustanciales.
La vida después de Dios contiene también una difuminada actitud ética. Para el autor, la juventud actual es víctima de una educación sin Dios. Detrás de planteamientos falsamente paradisiacos se esconde el vacío. Incluso el sexo ha sido mercantilizado al separarlo del amor. Coupland reclama al final del libro la necesidad de creer en Dios.
El libro está escrito con una técnica original pero poco consistente: breves secuencias independientes, agrupadas en torno a motivos temáticos autónomos. No hay un argumento claro; sólo leves apuntes íntimos. La reflexión más interesante, la apuntada antes, aparece casi al final, después de haber leído más de 200 páginas insustanciales.
El libro es muy ambiguo, pero Coupland acierta una vez más al retratar el pobre mundo interior de unos personajes expertos en rock pero ignorantes de todo lo relacionado con Dios y con el amor verdadero.
Adolfo Torrecilla