Se cumple el centenario de esta breve novela, de 1917, y Siruela lo conmemora con una edición especial que incluye un prólogo de la escritora Menchu Gutiérrez. El paseo condensa el extraño pero fascinante mundo literario y personal del suizo Robert Walser (1878-1956), cuyo prestigio no para de crecer.
Se han traducido ya muchas de sus obras, como Los hermanos Tanner, El ayudante, Jakob von Gunten, Vida de poeta o La rosa, que contiene un conjunto de prosas breves, diálogos, notas, impresiones de paseos, reseñas de libros, artículos o reflexiones. También se tradujo el libro póstumo Historias de amor –publicado en 1978, en el centenario del autor–, donde se recogen apuntes e historias inacabadas que dan al conjunto sensación de provisionalidad. Todas esas obras fueron escritas entre 1904 y 1925, antes de la enfermedad mental que padeció y que le llevó a vivir recluido en un sanatorio desde 1929 hasta su muerte.
Se considera a Walser maestro de reconocidos escritores de prestigio como Kafka, Hesse, Musil, Canetti, Mann, Benjamin o Magris. En España, la huella de Walser es visible en las obras de Enrique Vila-Matas.
El paseo es un sensacional ejercicio de estilo. El narrador sale de paseo en una mañana luminosa y alegre, con un estado de ánimo “romántico-extravagante”. Todo lo que contempla le da “la agradable impresión de cordialidad, bondad y juventud”. El paseo es una terapia, una manera de ser consecuente con su apego al reposo y a la moderación. Pasear es, para el poeta, una actividad “imprescindible, para animarme y para mantener el contacto con el mundo vivo, sin cuyas sensaciones no podría escribir media letra ni producir el más leve poema en verso o prosa”. Nada destacable le sucede al paseante durante su recorrido: saluda a personas, realiza gestiones, almuerza, descansa, visita un parque, etc.
Al hilo de todas estas menudencias, y con un estilo sobrio y solemne, deliberadamente literario, Robert Walser –un escritor errante, desvalido, solitario, servicial– reflexiona sobre la vida, el amor, la alegría, la felicidad… Sin embargo, al final del recorrido, y ya de vuelta a casa, un pensamiento sombrío le acompaña cuando ya todo está oscuro.
(Versión actualizada de la reseña publicada el 4-12-1996 sobre la primera edición española de esta obra)