Planeta. Barcelona (1996). 188 págs. 2.500 ptas.
Durante su larga estancia en Valladolid, Umbral fue trabajando su imagen de escritor, mediante un forzado dandismo que contrastaba con el ambiente provinciano que describe con ironía. En unos cuadernos de la época, los de la marca Luis Vives, el escritor adolescente fue dejando constancia de «la arqueología conmovida del escritor que entonces quería ser». De modo fragmentario, el autor narra el ambiente literario de Valladolid, sus amigos, sus primeros trabajos, su contacto con escritores, sus lecturas, su fascinación erótica y estética por el sexo y las prostitutas y sus recuerdos familiares, entre los que ocupa un especial lugar su madre, de la que escribe con un tono emotivo que sorprende en un autor poco dado a estos registros. También aparecen sus divagaciones psicológicas, que van desde el dandismo y el sentido de la vida a su rechazo burlesco del cristianismo y a su pasión por la literatura, tema de las páginas más interesantes.
Adolfo Torrecilla