Plaza & Janés. Barcelona (1996). 154 págs. 2.100 ptas.
Segunda novela de Benjamín Prado (1961), uno de los jóvenes abanderados de la narrativa actual. Tres personajes, amigos del desaparecido Israel, recuerdan en una entrevista con el autor los principales rasgos de la vida de un ser enigmático y atrayente. Hay momentos muy bien narrados, con una técnica directa e inmediata, sin ropajes retóricos, en la que se aprecian muchos elementos de la cultura actual (música moderna, cine, cómic, televisión, vídeo, etc.) y otros que proceden de personales fuentes literarias.
Prado domina la expresión y sabe dar a su estilo viveza, dinamismo y una inteligente frescura, aunque carga la mano al depender de demasiados referentes y guiños literarios. Sus historias son apenas esbozos, un endeble armazón que se quiere engalanar con reiteradas piruetas verbales y conceptuales. El drama de la vida de Israel resulta lejano al lector.
Ángel Amador