Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Barcelona (1997). 416 págs. 2.900 ptas.
La historia literaria de la guerra civil española ha tendido, a menudo, a basarse más en criterios ideológicos que estéticos. Todo en el aire. Versos sin enemigo se ha hecho teniendo exclusivamente en cuenta los valores literarios. Su autor, Gonzalo Santonja, experto en la literatura española en el exilio, ha estudiado los efectos de la guerra civil en los escritores del momento, rescatando aquellos poemas más íntimos que acertaron a superar poéticamente estas dramáticas circunstancias. Estos versos son «poesía de la guerra, pero poesía sin combate». No es una poesía militante sino una poética reflexión sobre sentimentos tan radicalmente humanos como la desesperanza y la angustia, canciones de soledad y ruina, «de protesta frente a la muerte y el olvido», poemas íntimos y solidarios que conforman la amarga memoria de un tiempo dominado por el dolor.
Los poetas antologados mantuvieron durante la guerra opciones políticas enfrentadas: comunistas, falangistas, monárquicos, anarquistas, etc. Aquí están Rafael Alberti, Agustín de Foxá, Gerardo Diego, Miguel Hernández, Ramón Gaya, Luis Rosales, Arturo Serrano Plaja, Adriano del Valle y un largo etcétera. Con el título Todo en el aire, un verso de Pedro Salinas, se quiere destacar la idea de que la guerra no acabó con los sentimientos más humanos. Como escribe Santonja en el prólogo, «la vida seguía, seguía el amor, seguían los hijos, seguía (…) el ciclo del tiempo y las tristezas y alegrías centelleantes. Todo seguía, pero ahora entre luces agrias y oscuridades al acecho, todo seguía en el aire».
Ángel Amador