Plaza & Janés. Barcelona (1997). 306 págs. 2.600 ptas.
El éxito tan fulgurante como poco previsible de El mundo de Sofía, del noruego Jostein Gaarder, marcó el inicio de un nuevo tipo de libros en los que la forma novelada se aplica, no a una ficción con base más o menos real, sino a la exposición divulgativa de algún tipo de conocimiento. En este esquema cabe incluir la aventura mediterránea que vive Michael, protagonista de este relato, escrito por Fermín Bocos, periodista.
El argumento plantea cómo un adolescente aficionado a leer descubre La Odisea y La Ilíada, primero a través de las narraciones de su padre y luego adentrándose él mismo en los poemas homéricos. A partir de ahí la Antigüedad griega es tema de conversación familiar, hasta el punto de completarse con un viaje de vacaciones a Grecia para visitar las ruinas clásicas. La obra está concebida como un viaje exploratorio, primero en el tiempo, hacia el pasado de la actual civilización, y luego en el espacio, a la realidad de la geografía y la arqueología. El libro de Michael está bien construido en su propósito de difusión cultural; además, está escrito con el estilo sencillo y ameno que tal propósito requiere. En un momento en que los planes de estudio de enseñanzas medias conceden insuficiente importancia a las humanidades, libros como éste suplen carencias evidentes.
Pilar de Cecilia
