Debate. Madrid (1998). 220 págs. 2.500 ptas. Traducción: Miguel Sáenz.
Novela centrada en la misteriosa mujer que, en la leyenda griega, ayudó a Jasón a apoderarse del Vellocino de Oro. La autora desea, sin embargo, dar un enfoque más psicológico de la protagonista, alejada de esa visión clásica que la había convertido en el mito del enamoramiento y de la venganza.
Con este cambio, la Medea de Christa Wolf (Alemania, 1929) se transforma en un personaje más actual, más racional y mucho menos vehemente. Medea ya no es una hechicera perversa que embruja a Jasón y asesina a la prometida de éste, sino una mujer abandonada por su marido y rechazada por los griegos a causa de su lejana procedencia y cultura. Al igual que ha hecho en otras novelas suyas, la escritora alemana se sirve del personaje de Medea para profundizar en su búsqueda de la identidad humana, sirviéndose por lo general de personajes femeninos.
La técnica que emplea la autora, arriesgada y que exige un lector culto, se basa en monólogos reflexivos, en los que, de manera alterna en cada capítulo, se cede la palabra a los personajes que narran su visión de los hechos. El resultado es una atmósfera narrativa bien lograda, con un estilo elegante que, además, da consistencia humana a los protagonistas.
La interpretación que hace la autora del mito de Medea asegura su pervivencia en el tiempo. En el fondo, la marginación que sufre la protagonista por el resto de los griegos es una manifestación cruel del rechazo a lo diferente, hecho de miedo e ignorancia, propio de las masas populares, sentimientos que los poderosos aprovechan en beneficio propio. Es evidente que para la autora el mito de Medea contiene una interpretación sociopolítica que se puede aplicar tanto a la Grecia precristiana como al mundo de hoy.
Ángel Amador