Biblioteca Nueva. Madrid (1997). 175 págs. 1.500 ptas.
Última obra que concluyó el profesor Cacho Viu (1929-1997), aunque llegó a las librerías después de su fallecimiento. Se trata de una reedición de tres largos ensayos, puestos al día, con una extensa introducción ad hoc.
El Prof. Cacho dedicó gran parte de su vida a estudiar la historia intelectual española de finales del siglo pasado y comienzos de este. Su gran obra, La Institución Libre de Enseñanza -cuyo primer volumen, dedicado al periodo 1860-1881, obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1962-, es generalmente reconocida todavía como la mejor sobre el tema. Repensar el noventa y ocho no es, pues, una publicación oportunista, sino una muy ponderada valoración de elementos que el autor tenía muy meditados.
Para delimitar el movimiento del 98, Cacho establece un triángulo: Barcelona-Madrid-París. A la elite intelectual española afincada tradicionalmente en Madrid hay que sumar la de Barcelona, que se incorporó al movimiento con absoluta independencia y miraba directamente a Europa, en concreto a París. Los ecos colectivos sólo se encuentran en el grupo de la Institución Libre de Enseñanza y en el primer partido nacionalista catalán.
Cacho combate el tópico casticista en torno al 98, es decir, la interpretación del fenómeno en términos exclusivamente españoles. El paralelismo francés, con el desastre de Sedán en 1870, aporta una luz interesante sobre la primera generación del 98. Por un lado, la derrota española fue prevista e incluso bienvenida por muchos de nuestros intelectuales, que esperaban una saludable reacción, como sucedió en Francia. Por otro, los franceses se apoyaron en el positivismo alemán como tabla de salvación, mientras que en España los intelectuales estaban profundamente preocupados por la crisis del positivismo que marcaba el final de siglo. El pesimismo fundamental que sumió a nuestros intelectuales fue doble: la crisis intelectual del positivismo junto con la falta de reacción y renovación nacional, puesta de relieve al no suceder nada tras la derrota militar.
El libro responde al título: aporta nuevas luces y perspectivas, obliga a plantear el 98 de una manera distinta, más global que la acostumbrada. A la vez, es un libro llamativamente bien escrito. Cacho Viu domina el lenguaje y usa siempre la expresión adecuada y justa. Tiene afán divulgador y el libro pretende ser accesible a no especialistas, si bien es algo denso.
Fernando Gil-Delgado