Ediciones Internacionales Universitarias. Barcelona (1997). 212 págs. 1.000 ptas. Traducción: Carlos Pujol y Vicente Riera.
Algunos hechos circunstanciales (la aparición de versiones cinematográficas, por ejemplo) vuelven a poner de moda a autores que, con vaivenes comerciales, siempre han tenido una excelente acogida entre los lectores. Es el caso de Henry James, del que estos días coinciden las reediciones de varios libros.
A partir de 1890, Henry James escribió una serie de relatos sobre apariciones de espectros. No se trata de presencias fantasmales como las de Otra vuelta de tuerca, terribles, inconcretas y que acaban provocando el pavor y el mal. Son fantasmas humanos, almas desligadas (o no) de sus cuerpos, que padecen una peculiar escatología intermedia. Son percepciones «sin existencia», que conquistan «la vida» alterando otras vidas, como las de los personajes.
Cuatro fantasmas muestra este fenómeno desde distintos puntos de vista narrativos. Dos de ellos hablan de las víctimas de las apariciones, y en los otros dos son terceras personas las que atestiguan el efecto de los espectros en las costumbres de los personajes. La venganza, los celos, el amor paterno y la emoción de conocer lo invisible son los móviles de los personajes principales de estas cuatro historias.
También se acaba de reeditar Washington Square (Seix Barral), novela en la que se ha inspirado la película del mismo nombre dirigida por Agnieszka Holland. En ella, Henry James escribe sobre el clásico conflicto entre la rica heredera y el cazadotes, entre la ingenuidad enfermiza y la astucia premeditada.
Rafael Díaz Riera