Alianza Editorial. Madrid (1993). 149 págs. 1.000 ptas.
Concebido como un apéndice a su voluminosa Teoría de la democracia (ver servicio 150/89), este nuevo libro del politólogo italiano Giovanni Sartori intenta captar las cuestiones que se cierran y, a la vez, las que se abren en el modo de plantear la democracia tras la caída del comunismo. Aparece así la ambivalencia de la nueva situación.
El fin del comunismo como ideología no implica necesariamente que deje de subsistir como mentalidad, y plantea la incógnita de las nuevas señas de identidad de la izquierda. En su caída arrastra consigo la mitificación de la revolución, si bien aparecen otras formas de pensamiento «políticamente correcto». El abandono de la economía centralizada es definitivo, pero esto no garantiza que los países del Este creen fácilmente los requisitos para establecer un sistema de mercado.
Aunque Giovanni Sartori destaca el triunfo de la democracia liberal sobre su supuesta alternativa comunista, señala también algunos de los diversos escollos en que puede tropezar. Entre ellos, la incapacidad para frenar el gasto público en una sociedad acostumbrada a reclamar los beneficios como si fueran derechos adquiridos y absolutos. O las consecuencias de la televisión sobre el debate político, con el predominio de las imágenes sobre los conceptos.
No se plantea, en cambio, el modo de encauzar los nacionalismos o la necesidad de repensar los fundamentos éticos de los sistemas democráticos, cuestiones que están en la base de muchas tensiones políticas actuales. Resulta así un libro más útil para identificar problemas que para iluminar sus posibles soluciones.
Ignacio Aréchaga