Emecé. Barcelona (2000). 262 págs. 2.300 ptas. Traducción: Gemma Carlsson.
Marianne Fredriksson, veterana escritora sueca nacida en 1927, empezó a escribir en la década de los ochenta, pero no obtuvo su primer éxito hasta 1997 con la publicación de Las hijas de Hanna (ver servicio 176/98). Esta novela, traducida a más de veintisiete idiomas, se convirtió en un auténtico best seller, también en España. La editorial Emecé (rebautizada Salamandra) rescata ahora la primera novela de Fredriksson, Aves migratorias.
La acción se sitúa en Suecia, donde Inge conoce a Mira, una exiliada chilena que, como ella, ha sacado a sus hijos adelante en solitario. Ambas se enfrentan ahora a los fantasmas del pasado que reviven con una violencia inusitada. Inge tendrá que asumir que la policía busca al que fue su marido por delitos de abusos a menores; por su parte, Mira descubre que su hija, desaparecida en Chile durante la dictadura de Pinochet, murió en circunstancias lamentables.
Destaca la capacidad de la autora para reflejar, con un estilo directo y esquemático, la amistad entre dos mujeres y la necesidad de sinceridad que pone en marcha un mecanismo de reconciliación con el pasado.
Fredriksson utiliza una técnica novelística muy eficaz, a base de contraponer distintos narradores, que desde una perspectiva omnisciente van desvelando los rasgos firmes y convincentes de las protagonistas. Inge se presenta como una mujer culta y racional, inmutable y distante, con dificultades para establecer relaciones con los que la rodean. Mira, por el contrario, es temperamental y directa. Y en ese contrapunto se entretejen sus palpitantes existencias.
La obra logra transmitir conflictos personales y también políticos; como trasfondo, aparecen las dificultades derivadas del divorcio, el incesto…, que se presentan de un modo más bien ambiguo, transmitiendo una concepción de la vida de raigambre luterana.
Begoña Lozano Carbayo