Alba. Barcelona (2000). 324 págs. 3.400 ptas. Traducción: Genoveva Dieterich.
Resulta estremecedor comprobar que algunos de estos relatos (pertenecientes casi todos de la etapa de juventud) los escribió Zweig con apenas veinte años. Muy lejos de la agotadora prosa realista de sus coetáneos vieneses, el joven Zweig, entusiasmado con las propuestas psicoanalistas y con la fiereza introspectiva de Dostoievski, fue desgranando en sus relatos un puñado de personajes memorables. Miedo, pasión, pudor, vergüenza… pululan por estas páginas superando los anquilosados prototipos realistas.
El tema de casi todos los relatos es el amor, pero visto desde una perspectiva distinta: las individualidades concretas que lo sufren o lo gozan y, en la mayoría de las ocasiones, lo callan, «porque ningún sentimiento es tan sagrado como el que no se expresa por pudor», y que introduce al mismo tiempo una inusual visión de la mujer, con un papel determinante y activo tanto en la seducción como en el mantenimiento y llegada a buen puerto de las relaciones de pareja. Otros relatos, como «Mendel, el de los libros», muestran la obsesión del autor por las tragedias humanas de la II Guerra Mundial.
Andrés Barba