Anagrama. Barcelona (1999). 169 páginas, 1.900 pesetas. Traducción: Cecilia Ceriani y Txaro Santoro.
Ha acabado la Segunda Guerra Mundial. Easy Rawlins es un joven negro de 25 años que está en París. En la habitación de un hotel recuerda la muerte de dos hombres y reflexiona sobre su vida y sobre aquellos sucesos que le transformaron. Dejó de ser un joven y se convirtió en un hombre. Seis años antes, su amigo Mouse se va a casar con Etta Mae, con la que Easy había tenido una aventura amorosa. Mouse le pide que le acompañe a Pariah, una pequeña localidad del sur americano, donde Mouse busca dinero para su boda y venganza. Mata a su padrastro y le quita lo que pertenecía a su madre, ya muerta. En Pariah, Easy conoce a otras gentes, las del profundo sur, arrastradas por el pasado, el rencor, el vudú y el sexo. Descubre la pasión de una mujer madura, y la violencia y el desprecio de Mouse por la vida.
Con esta novela, el norteamericano Walter Mosley (Los Ángeles, 1952) ofrece un nuevo episodio de su detective Easy Rawlins. Con las cinco entregas anteriores ha conseguido ser reconocido como uno de los autores contemporáneos más importantes de Estados Unidos. De pesca sorprende por el dominio de los recursos narrativos y por su intensidad, a veces expresada en pasajes de explícita pasión. Con gran concisión y aparente sencillez, Walter Mosley logra que el lector se introduzca en la absurda espiral de Mouse y se plantee las mismas dudas de Easy. Parte de su vigor está en la fuerza visual con que hace sentir al lector el relato; es muy fácil «ver» lo que está pasando. No sería extraño que, como ya sucedió con El demonio vestido de azul, esta nueva obra fuera llevada al cine.
De pesca es una aventura policiaca y también una novela de iniciación, una reflexión sobre la soledad del ser humano y una denuncia del escaso fundamento que para un negro pobre tenía la vida en esa época. Easy sabe cuál es su situación en el mundo, no tiene más que el recuerdo de su padre y unos pocos amigos. Y algunos, como Mouse, le abren excitantes y peligrosos caminos ante los que tiene que definirse. En suma, De pesca es un libro del que disfrutará el lector, aficionado o no a la novela policiaca. No es un relato de gran profundidad, pero está muy bien escrito, y los aspectos psicológicos traspasan la anécdota detectivesca.
Pedro L. López Algora