Anagrama. Barcelona (1999). 171 págs. 1.700 ptas.
Roberto Bolaño (Santiago de Chile, 1953) ha logrado notoriedad en España gracias a Los detectives salvajes, premio Herralde de Novela en 1998. También ha publicado Estrella distante y Amuleto, aunque quizá merezca mención especial su colección de cuentos Llamadas telefónicas.
Su última novela, Monsieur Pain, es un extraño texto situado entre la pesadilla y la lúcida intuición. Pain, un hombre vulgar, seguidor del mesmerismo (corriente próxima al ocultismo), es requerido como último recurso para salvar la vida de un poeta moribundo recluido en un hospital de París. Sin embargo, sus intentos de aproximación al enfermo son impedidos por un grupo de desconocidos. Con estos ingredientes la obra aporta suficientes dosis de misterio y, sin embargo, a fuerza de elipsis, no acaba de cuajar. Bolaño parece conformarse con breves apuntes y con leves alusiones sobre la muerte y el destino, pero todo demasiado disperso. De este modo, el argumento se torna ambiguo, demasiado abierto y la novela pierde el pulso de las primeras páginas. Queda, eso sí, la extraordinaria soltura narrativa de Bolaño, con su estilo sencillo y a veces surrealista, capaz de captar la atención del lector sin esfuerzo alguno.
Pablo de Santiago