Del buen uso de la lentitud

Pierre Sansot

GÉNERO

Tusquets. Barcelona (1999). 193 págs. 2.000 ptas.

Este ensayo recuerda en cierta manera a otro título, El primer trago de cerveza, publicado también dentro de la colección «Los cinco sentidos», de Tusquets. En aquella ocasión, el francés Delerm nos desvelaba con ánimo alegre y ligero ciertos placeres cotidianos. Ahora se trata de otro francés, Pierre Sansot, quien con un mayor bagaje argumental y en tono más ensayístico se adentra en algunos recovecos vitales para reivindicar la lentitud.

Sansot tiene más de 70 años, es sociólogo y fue profesor de filosofía y antropología en las Universidades de Grenoble y Montpellier. Pero, sobre todo, es como ese amigo o familiar que, ante los apresuramientos de otros, ofrece su casa, sirve parsimoniosamente el té y, tras escuchar a los demás, interviene al fin. Lentamente comienza a hablar. Se distrae con un pensamiento. Se para a pensar antes de hablar. Se interrumpe mientras rellena su pipa. Todo esto puede provocar cierta tensión y hasta se puede caer en la tentación de concluir fatalmente: Sansot, este amigo o familiar (da igual) es un pesado. Pero también es posible que pasen las horas y empieces a estar muy a gusto escuchando, leyendo. Que acabe resultando muy interesante todo eso que cuenta Sansot de las solteronas de provincia, del aburrimiento «de calidad», de las antiguas escuelas, de oración, de una cultura reposada, de escribir, escuchar, hablar y vivir sin prisas… Bien. Hemos llegado al final del libro. Pero ¿ya se ha acabado? Es una pena, porque, de nuevo, disfrutarán mucho más de este libro quienes no se lancen a sus páginas apresuradamente.

Aurora Pimentel

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