Dice Peter Brook, el prestigioso director teatral, que para él «Shakespeare es un pedazo de carbón inerte. Se podrán escribir libros, dar conferencias sobre el origen y la procedencia del carbón, pero a mí el carbón me interesa particularmente en una tarde de frío, cuando quiero calentarme y lo pongo en la chimenea para que arda, para que termine de ser. Allí es donde libera verdaderamente todas sus virtudes».
Quien elogia es un asiduo de las tablas, pero ¿y el cine? ¿Qué debe este arte de cien años al viejo William? Parece que mucho, aunque solo sea por el millar de títulos cinematográficos inspirados de modo directo en las obras del dramaturgo inglés.
Fernando Gil-Delgado (Madrid, 1958) ofrece en este libro tres recorridos guiados por los populares barrios de una ciudad de celuloide. El autor, después de estudiar Historia en Lovaina, completó su formación en Madrid con una licenciatura en Filología inglesa..
Resulta acertado abrir el título de esta obra con la palabra «introducción», que no otra cosa pretende el autor. El resto del título puede resultar engañoso. Y es que sería un error acercarse al libro de Gil-Delgado buscando un análisis académico del teatro de Shakespeare y de sus correspondientes versiones fílmicas. Se trata más bien de sacar punta a un lápiz que los ingleses llaman Shakespeare on films. Solo adoptando esta óptica cobra verdadero interés la opción de Gil-Delgado, que selecciona razonadamente 25 películas que visitan solo 14 obras teatrales de Shakespeare, eso sí, todas de modo directo. Los títulos van desde El sueño de una noche de verano (Max Reinhart-William Dieterle, 1935) hasta Tito Andrónico (Julie Taymor, 1999), agrupados bajo tres categorías: el teatro histórico, las comedias y los dramas.
La sistemática resulta un tanto desconcertante, pero termina por justificarse. En futuras ediciones, el índice debería ser mucho más detallado para facilitar la localización de las películas. El libro incluye junto a fichas técnicas de películas, la transcripción de textos muy hermosos (en versión bilingüe) de escenas de las 25 películas. Sorprenden positivamente la desenvoltura con que Gil-Delgado ofrece sus motivos para descartar algunos títulos parcialmente valiosos y su examen de la verosimilitud histórica de la película Shakespeare in Love (John Madden, 1998).
Termina el libro con unos útiles apéndices que incluyen las preferencias ordenadas del autor (Campanadas a medianoche, Orson Welles, 1965, se lleva la palma) y un listado exhaustivo de películas que adaptan obras de Shakespeare.
Alberto Fijo