Ediciones del Bronce. Barcelona (2000). 558 págs. 2.900 ptas. Traducción: Manuel Vallvé.
Junto con las hermanas Brontë y Elizabeth Gaskell, George Eliot (Mary Ann Evans, 1819-1880) es una de las grandes novelistas de la época victoriana. En Adam Bede (1859) logró una de sus mejores obras, entre las que destacan también The Mill on the Floss (El molino del Floss), Silas Marner y Middlemarch.
La acción transcurre en un ambiente rural bastante próspero. El protagonista es un joven carpintero, inteligente, honrado y buen trabajador, enamorado de Hetty, huérfana, que vive con sus tíos en una de las granjas de la zona. La tragedia se desencadena cuando, cercana ya la fecha de la boda, Adam descubre que Hetty tiene relaciones con el capitán Arthur Donnithorne, futuro señor del lugar, que desea que Adam sea el administrador de sus propiedades. A la tragedia, que produce gran conmoción en los apacibles lugareños, seguirá un difícil proceso de purificación de los protagonistas y de recuperación de la paz social.
En el capítulo XVII, en el que Eliot expone sus intenciones, afirma: «Es por esa rara y preciosa cualidad de la verdad que me complazco tanto contemplando esas pinturas holandesas que desprecian las gentes de espíritu superior. Encuentro una fuente de deliciosa simpatía en las representaciones fieles de una monótona existencia íntima, como es la de la mayor parte de nuestros semejantes». En Adam Bede, tan destacable como la tensión dramática que la autora imprime al relato es la riqueza y la variedad de los personajes, descritos con realismo rico en matices, que huye de estereotipos y de tópicos.
Al hilo de la acción, la autora introduce sugerentes consideraciones sobre el trabajo bien hecho, la honestidad, el sufrimiento, el amor humano, que denotan preocupación por la dignidad de las personas y capacidad para descubrir la belleza que muchas veces se esconde en lo cotidiano.
Luis Ramoneda
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