La búsqueda de la verdad en el arte

publicado
DURACIÓN LECTURA: 8min.
Heinrich-Ernst Scheidgen
“Barca sin suelo”, 1998

Una conversación con Heinrich-Ernst Scheidgen durante la visita a su “Museo privado H.E.S.”, en Klein Luckow, Pomerania Occidental: “Llevo siete décadas dedicándome al arte porque busco una respuesta a la pregunta sobre el sentido de la vida”.

Una búsqueda del artista Heinrich-Ernst Scheidgen en internet depara una decepción: apenas aparecen algunas referencias a sus ilustraciones para las obras de su esposa Ilka Scheidgen, una escritora conocida por su extensa producción de libros de poesía, novelas y entrevistas a destacadas figuras de la literatura alemana, como los premios Nobel Günter Grass y Herta Müller, o también a Hilde Domin. La única excepción respecto de Heinrich-Ernst es su propia página web hes-privatmuseum.de, una plataforma muy profesional que introduce a quienes la visitan en un vasto universo artístico. ¿Cómo es posible que el autor de semejantes obras sea prácticamente un desconocido?

A esas y otras muchas preguntas responderá el propio artista en “su terreno”. Todo comenzó con un correo electrónico de Ilka Scheidgen: aunque no nos conocíamos personalmente, colaboramos con el mismo medio, la revista alemana Die Tagespost. El correo era una invitación a visitarles y a conocer el museo privado de Heinrich-Ernst.

El “terreno” es la casa señorial que el matrimonio adquirió hace una década, cuando estaba completamente en ruinas, como atestiguan algunas fotografías que hoy cuelgan en la casa. La población se llama Klein Luckow y se encuentra a unas dos horas en automóvil de Berlín, en dirección noreste, en Uckermark, la zona de donde es originaria, por ejemplo, Angela Merkel.

Heinrich-Ernst Scheidgen, “Detrás del muro” o “El milagro de la aparición”, 2021

La mayor parte de la región histórica de Uckermark se encuentra situada en el actual estado federado de Brandemburgo; sin embargo, Klein Luckow está en la otra parte, la menor, sita en el actual estado de Mecklemburgo-Pomerania Anterior. La frontera con Polonia se encuentra a pocos kilómetros; Szczecin, la ciudad polaca más cercana, está a solo 50 kilómetros en línea recta.

Mecklemburgo y Pomerania Occidental (o Anterior) han tenido históricamente una fuerte conexión con el mar Báltico, ya que prosperaron gracias a las rutas marítimas de la Hansa –la federación comercial y defensiva medieval, establecida en el Báltico–, como atestiguan las ciudades de Rostock, Wismar o Greifswald. El interior, sin embargo, se caracteriza por una escasa densidad de población: Klein Luckow cuenta con poco más de 200 habitantes. El hijo más destacado de la población es el excampeón mundial de los pesos pesados Max Schmeling (1905-2005), quien aún hoy goza de gran popularidad en Alemania. De hecho, el “Museo privado H.E.S.” se encuentra en la Max-Schmeling-Strasse 49.

Un artista autodidacto

Heinrich-Ernst Scheidgen, de 83 años, se presenta como un artista que “nunca vivió del arte, pero que, no obstante, creó tanto como aquellos que sí lo hicieron”. A lo largo de su vida ha recibido muchas ofertas para vender sus obras, pero siempre se ha negado. Resistió con particular firmeza las expectativas de los galeristas que esperaban promocionarlo: “No quería que nadie, absolutamente nadie, me promocionara”.

En su profesión principal, o quizá secundaria, trabajó durante 35 años, desde 1969, como profesor en seis escuelas diferentes de Renania del Norte-Westfalia, debido a sus cambios de residencia.

Aunque estudió Bellas Artes en la Academia de Arte de Düsseldorf de 1965 a 1969, al mismo tiempo que Joseph Beuys, así como Historia del Arte e Historia en Colonia y Münster, se le puede calificar de artista autodidacto, como se refleja en su decisión de abandonar la escuela en 1957 para trabajar en diversos empleos durante cinco años, incluyendo una fábrica de clichés, pero sobre todo en la construcción. Después, volvió a la escuela para terminar el bachillerato en 1964, a los 23 años.

“La barca de Caronte”, 2023

Su trabajo como obrero de la construcción le brindó la oportunidad de restaurar varias casas, por ejemplo, en Wiehl, donde la familia vivió durante diez años, y en Gut Neuwerk, cerca del monasterio de Steinfeld, en el Eifel. Aquí, Ilka y Heinrich-Ernst Scheidgen no sólo restauraron la casa, sino que también plantaron numerosos árboles.

El matrimonio Scheidgen emprendió asimismo la rehabilitación de su actual residencia. Cuando llegaron a Klein Luckow hace una década, la casa señorial, originalmente construida en el siglo XVII y conocida como Rittergut Keibel, estaba en un estado desolador. La forma actual del edificio fue diseñada en el siglo XIX por Gustav Knoblauch (1833-1916), hijo del famoso arquitecto berlinés Eduard Knoblauch (1801-1865).

Scheidgen sintió el deseo de regresar a sus raíces. Aunque nació en Lünen el 19 de mayo de 1940, pasó sus primeros cuatro años en Markgrafenheide, a orillas del Báltico, que hoy forma parte de Rostock. En abril de 1945, su familia huyó del avance del Ejército Rojo –“habíamos escuchado cosas terribles de Königsberg”– y se refugiaron en Holstein, antes de establecerse en Lünen, donde vivían sus abuelos. En Lünen, Heinrich-Ernst asistió a la escuela hasta 1957.

Después de una intensa restauración, que incluyó la reparación de la cubierta y el frontón ornamental, la casa de tres plantas cuenta con unos 1.000 metros cuadrados. La colección abarca siete décadas e incluye pinturas, esculturas, instalaciones y cuadernos de bocetos. En las salas de exposición, que él mismo diseñó y organizó temáticamente, las esculturas se encuentran con las pinturas, y las obras abstractas con los dibujos figurativos.

“¿Qué es el arte?”

Scheidgen comenzó su carrera artística con esculturas, a menudo talladas. “Hice mi primera pequeña escultura a los seis años, en 1946, para mi tía favorita, cuando ingresó en una orden religiosa”. La exposición presenta una Virgen clásica tallada en madera, de delicados rasgos faciales y de unos 40 centímetros de altura, que esculpió a los 11 años.

Heinrich-Ernst Scheidgen delante de una de sus vitrinas en su museo privado

Durante su tiempo en la academia de arte, se centró en la representación de la figura humana. El resultado son las “cajitas” que se exhiben en vitrinas en la planta baja. Scheidgen describe estas obras como “el hombre representado como un punto, siempre pequeño”.

Su exploración artística se remonta a la pregunta fundamental: “¿Qué es el arte?”. Cuando se planteó esta pregunta, se inspiró en la teoría de la evolución y en pensadores como Protágoras, Ludwig Wittgenstein, Kurt Gödel, Edmund Husserl y Hannah Arendt. Estos autores estimularon “cuestionamientos entre las nociones actuales de relatividad y mi búsqueda de la verdad”.

El artista desarrolló su propia definición de arte: “El arte es un concepto estático y una imitación del proceso evolutivo”. En nuestra conversación, me explicó lo que esto significa, aunque me advirtió con una sonrisa: “Tendría que quedarse aquí durante quince días para entenderlo”. A pesar de que el tiempo no dará para tanto, intentemos explorarlo: “La base de mi pensamiento es el constante cambio en el devenir y la desaparición en un equilibrio dinámico”.

Las obras expuestas son un intento de comprender “los procesos de creación como el proceso del universo que nace y cobra vida en el espacio vacío”, en particular el de la tierra, desde la nada al ser, en los fenómenos cambiantes del ADN. Según él, “la noción de la nada se encuentra en todo proceso de creación y desaparición de los seres”.

Una expresión de este pensamiento fundamental se encuentra en muchas obras en forma de “agujeros”. Un colega inglés llegó a apodarle “el rey de los agujeros”. Están presentes en todas partes en sus “cuadros”, que a menudo no están pintados sobre lienzo, sino sobre papel maché compuesto de periódicos. Además, muchas veces no están montados directamente en bastidores, sino fijados con hilos, de un modo similar a las pieles de animales. La idea de la disolución a través de agujeros se aprecia claramente en su Retrato de Dorian Gray, donde el proceso de envejecimiento se ilustra mediante secciones rasgadas. Los agujeros continúan también en las esculturas, como en los remadores de La Barca de Caronte, en la planta baja.

“Detrás del muro. Punto de fuga”, 1989 (cuadro)/2022 (montaje)

Los “cuadros” están compuestos por varias capas de pintura y están más construidos que pintados. Algunos de ellos son de gran formato, de aproximadamente tres metros por dos y medio, y pueden enrollarse como tapices, para rendir homenaje a la tradición de la pintura china. A través de las distintas capas, nos invitan a mirar “detrás de la pared”. Así se titula la exposición: “Detrás del muro”.  Pero Detrás del muro o El milagro de la aparición es también el título de un cuadro de la Virgen de 2021, en el que se muestra el rostro de María tras un cristal. La explicación adjunta dice: “Detrás del muro de la fe”.

Todo ello forma parte de la búsqueda del sentido y la verdad en una exposición impresionante, tanto en términos cualitativos como cuantitativos, aunque muestra sólo un tercio de la producción artística de H.E.S. Los dos tercios restantes se exhibirán próximamente en Francia, en un edificio de 2.000 metros cuadrados.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.