Todos recordamos aquella película de 1985 dirigida por Steven Spielberg, adaptación de la novela homónima de Alice Walker, que acababa de recibir el Pulitzer. Era una dura historia de afroamericanos en los estados del sur, fundamentalmente en Georgia, durante las primeras décadas del siglo XX. Ahora vuelve a las pantallas convertida en un musical, bajo la batuta de Sam Blitz Bazawule. Este director nació en Ghana en el mismo año en el que se publicó la novela, en 1982. En su filmografía solo hay un largometraje de ficción, The Burial of Kojo. Pero más conocida es su contribución a la música, especialmente en el género hip-hop, donde es conocido como “Blitz the Ambassador”.
El argumento nos cuenta la vida de Celie (Phylicia Pearl Mpasi y Fantasia Barrino), una mujer negra que sufre el abuso y el maltrato, primero de su padre y después de su marido, llamado “el Mister” (Colman Domingo). Pero sacará fuerzas para salir adelante en su relación con otras mujeres, como su hermana Nettie (Ciara) y la cantante Shug Avery (Taraji P. Henson). La película subraya los aspectos más brutales que explicita la novela, pero con subrayados feministas claros, en clave de empoderamiento y de un retrato deleznable del varón. El que no es incestuoso es maltratador o violador, y casi todos consideran a la mujer como una posesión obediente y esclavizada. Frente a ellos, la historia reivindica una rabia femenina convertida en rebeldía y solidaridad de género. Una solidaridad que llega a ofrecernos alguna escena de contenido lésbico.
Al margen de estos peajes a lo políticamente correcto, la película conserva algo de la fuerza épica de la novela y de la cinta de Spielberg, y a la vez ofrece mensajes claros de esperanza y redención. El sentido religioso de la comunidad atraviesa toda la película de forma elocuente y desinhibida, tanto en las letras como en los diálogos, y contribuye a que la tragedia se humanice y se abra a la luz. Es en el aspecto musical donde la película da lo mejor de sí misma, basándose en la obra de teatro musical de Marsha Norman, con partitura y letra de Brenda Russell, Allee Willis y Stephen Bray. El resultado ofrece una excelente selección de canciones y unas brillantes coreografías.
Una película, por tanto, que gustará más a los amantes del cine musical que del drama sureño, donde no aporta mucha novedad. Como curiosidad hay que decir que hay un cameo de Whoopi Goldberg, protagonista de la cinta de Spielberg.